Ingenieros crearon microchips voladores inspirados en la naturaleza
Las colecciones de dispositivos electrónicos de tamaño milimétrico algún día pueden flotar en el aire, recopilando datos sobre el aire, el medio ambiente y la población humana. Al menos, esa es la idea detrás de los microvoladores, una nueva generación de artilugios diseñados para lograr un vuelo pasivo cabalgando sobre la brisa como una vaina de semillas arrastrada por el viento.
Los ingenieros de la Universidad Northwestern han creado los primeros microvoladores, el más pequeño de los cuales mide solo 500 micrómetros de ancho (aproximadamente el tamaño de un grano de arena). Estos dispositivos electrónicos llevan pequeños sensores y microprocesadores y caen en cascada por el aire a velocidades y trayectorias predecibles.
Al igual que otros dispositivos de última generación, los microvoladores están inspirados en la naturaleza. El equipo de ingeniería de Northwestern estudió cómo las vainas de semillas deslizantes capturan el viento para viajar largas distancias, asegurando una amplia dispersión incluso con una brisa suave. Un diseño de semilla "spinner" basado en la planta tristellateia parece funcionar mejor y es muy fácil de refinar según el peso y el tamaño de un microvolador (dos variables que cambian según los procesadores, las baterías, los sensores y otros componentes).
De hecho, los ingenieros de Northwestern afirman que su diseño de microvolador es una mejora en las vainas de semillas de tristellateia, ya que puede permanecer en el aire durante un período más largo y tiene una ruta de vuelo mucho más predecible. (Aunque debo señalar que los objetivos de una máquina voladora de calidad del aire son diferentes de los de una vaina de semillas. Además, Northwestern no ha tenido en cuenta los patrones de viento al aire libre, la lluvia o el humo en sus pruebas).
Si bien los microvoladores no están listos para el mundo real, es posible que algún día descarguemos los dispositivos de los helicópteros para medir la contaminación del aire y observar los derrames de petróleo. Pero eso plantea algunas preguntas: ¿quién va a limpiar toda esta basura microscópica? ¿Qué pasa si inhalas un microvolador? ¿Y los gobiernos usarán microvoladores para la guerra o la vigilancia?
Bueno, Northwestern no tiene un plan para limpiar los microvoladores. Dejarán basura en cualquier lugar donde aterricen. Un poco de basura no es un gran problema para combatir un incendio forestal u otro desastre importante, pero es inaceptable en los casos de uso casual propuestos por Northwestern (medir la exposición al sol de un área, por ejemplo). Los investigadores están dando vueltas a la idea de un microvolador biodegradable, aunque tengo la sensación de que los dispositivos funcionarán con procesadores de plástico liviano durante al menos una década antes de que haya alternativas biodegradables disponibles.
Al igual que con cualquier tecnología emergente, el abuso de los microvoladores por parte del gobierno parece inevitable. Pero todavía no estamos del todo seguros de cómo se podrían usar los diminutos dispositivos para la guerra o la vigilancia. Tampoco tenemos idea de lo que sucede cuando inhalas un microvolador, pero intentaré averiguar si alguna vez me encuentro con uno en la naturaleza.
Fuente: Universidad Northwestern a través de Nature, Science Alert